Desde su origen en 1981 en el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, cada 25 de noviembre las mujeres de lo largo y ancho del globo conmemoramos el Día Internacional de la Violencia contra la Mujer. La fecha nació, no debemos olvidar en honor a las hermanas Patricia, Minerva y María Teresa Miraval que luchaban contra la terrible dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, por lo cuál este ordeno su cruento asesinato.

 

Así como las hermanas Mirabal miles de mujeres han tenido que dejar la vida por su voz, por su inclusion y por su visibilización como sujetos politicos. Luchas que van desde una vida libre de violencia física, hasta el libre y completo ejercicio de nuestros derechos. Hoy en día se cree que luchas como la del lenguaje incluyente son superfluas, sin embargo, no debemos olvidar que en su día se le negó el derecho a ser constituyente a Hermila Galindo porque la ley solo contemplaba a los ciudadanos, en masculine.

 

El registro correcto de nuestra existencia y nuestro derecho a la libre expresión y asociación debe ser contemplado en la ley. Bien dice la máxima: Lo que no se nombra no existe.

 

Es por ello que las mujeres mexiquenses somos parte de esta lucha, ya que a pesar de los derechos alcanzados aún estamos lejos de la paridad salarial, acorde a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, las mujeres seguimos ganando en promedio 15% menos que los varones por los mismos empleos. Mientras que 1 de cada 3 mujeres no tiene ingresos propios lo cual nos hace sujetas de violencia económica no solo por nuestras parejas, sino padres y en el caso del 20% de las mujeres de la tercera edad, incluso de hijos y nietos. La auténtica autonomía solo podrá ser alcanzada cuando seamos capaces de tomar decisions sin tener miedo de dónde pasaremos la siguiente noche o comeremos nuestra próxima comida.

 

La violencia también se vive en la tranquilidad con la que respiramos en nuestros hogares, acorde al reporte “Panorama de la salud mental en las mujeres y los hombres mexicanos” en todos los grupos de edad la preevalencia de episodios depresivos es el doble entre las mujeres que los hombres.

 

Aproximadamente una de cada 10 mujeres mexiquenses vive con depression, por lo cual es necesario una Ley de Salud Mental con perspectiva de género que nos contemple en el acceso universal a este servicio, como la que impulsa el Partido de la Revolución Democrática en el Poder Legislativo del Estado de México.

 

Más los males subyacentes que causan esta problemática como los estereotipos de género, el acceso igualitario a la educación y el libre ejercicio de nuestra sexualidad con educación sexual, acceso a anticonceptivos y derecho a decidir es una pieza fundamental para atacar este problema.

 

Aún en un escenario de Conquista de derechos, las mujeres no debemos bajar las manos, las vueltas al pasado son una asonada que enfrentamos en la esfera local y nacional, con movimientos contra nuestros derechos cada vez más numerosos.

 

Es por ello que hago un llamado a las mujeres a la organización sororora, a que participen en los Partidos Políticos que representan sus intereses y defienden sus derechos, en las asociaciones civiles y en los movimientos populares.

 

Hoy más que nunca es necesario que defendamos lo conquistado y no cejemos en la lucha de lo faltante. Por una Sociedad libre e igualitaria.