El Diablo triunfó en las calles del primer cuadro de la ciudad, previó al inicio del partido entre el Deportivo Toluca y el Club América, ya que decenas de seguidores de ambos equipos de fútbol protagonizaron una trifulca que arrojó lesiones menores a varias personas por la «lluvia» de (piedras y envases de vidrio de refresco y cerveza) proyectiles.
Alrededor de las 17:20 horas, cientos de aficionados del equipo América avanzaban perfectamente organizados. Una larga columna amarilla se hizo presente en el corazón rojo de la capital mexiquense.
Cantos, bailes y festividad total eran el común denominador en los aficionados y, uno que otro, con cerveza en mano y palos de las enormes banderas que portaban. El denominador común de todos era su camiseta amarilla bien puesta.
Conforme avanzaba la columna con sonido en camionetas, batucada y altavoces, las diferencias se hacían más patentes, ya que los americanistas ocuparon toda la cinta asfáltica de la calle Hidalgo, a la altura de Los Portales y, los aficionados del equipo Toluca los observaban desde la banqueta.
La organización de los americanistas está bien blindada, resguardada por una especie de protección, hombres y mujeres, pero los insultos de amarillos a rojo y viceversa se empezaron a hacer patentes.
Al llegar a la Alameda de Toluca, sobre la calle de Hidalgo, cientos de aficionados de los rojos ya esperaban a la columna americanista. Uno que otro intercambió insultos y empujones, minutos después llegaron las agresiones físicas.
Ahí sucedió, lo previsible, los ánimos se elevaron de uno y otro lado, y los insultos verbales se transformaron en agresiones de contacto, las cuales derivaron en intercambio de todo tipo de “proyectiles” y en una corretiza a cientos de americanistas que al ver la presión e intensidad de los aficionados toluqueños, no les quedó otro más que correr y tratar de dispersarse, de esconderse, en las calles aledañas a la Alameda, retirarse las playeras amarillas e intentar pasar desapercibidos ante el embate de los que portaban camisetas rojas.
El Diablo había ganado en las calles, previo al cotejo deportivo.






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